La
reproducción asistida es un tema muy delicado para muchas mujeres que, por un largo
período de tiempo, han tratado de concebir y no lo han conseguido tan
rápido como habían esperado.
Un
embarazo planificado suele ser menos sencillo de lo que se cree y buscarlo por
meses e incluso por años, sin lograr el resultado esperado, muchas veces, puede
llevar a la frustración, seguida por la ansiedad, depresión, tristeza y
desesperanza.
Muchos
pueden ser los factores que dificultan el camino a la maternidad. Entre los más
comunes tenemos: el estrés y la ansiedad; otros pueden estar relacionados con
la edad de la mujer, las trompas obstruídas o la falta de ovulación
natural. Por supuesto, esto cuando la causa radica en la mujer, porque recuerda que el hombre también pudiese presentar ciertas deficiencias en sus
espermatozoides.
Si
en el lapso de un año o dos aún no has quedado embarazada, te recomiendo buscar ayuda profesional. Diríjete a un centro médico especializado en reproducción
asistida y en base a los resultados de los exámenes pertinentes los médicos podrán
orientarte a seguir la técnica que mejor se adapte a tu caso.
Existen
dos técnicas muy utilizadas: La inseminación artificial y la fecundación in
vitro (FIV). La primera ayuda a la fecundación natural dentro del útero, facilitando
a los espermatozoides a llegar al lugar adecuado en el momento de la ovulación.
Mientras que la segunda, permite fecundar un óvulo con el espermatozoide fuera
del útero, en el laboratorio y en el curso de tres a seis días se procede con la
transferencia de los embriones o blastocistos al útero.
Fecundación in vitro (FIV) |
Ambas
técnicas sirven de ayuda al inicio, porque una vez que los
embriones estén dentro de ti la naturaleza seguirá su curso como el de
cualquier otra mujer que haya procreado de forma natural. Considero que es una bendición que la ciencia ofrezca esta solución a tantas parejas que quieren
tener hijos y formar una familia.
Para
que todo fluya de la mejor manera posible es esencial que estés serena: te recomiendo reposo y, si tienes tiempo, ver películas alegres y divertidas, leer
buenos libros, escuchar música, y si nutres la pasión por la pintura que mejor momento
que éste para empezar. En pocas palabras, realiza actividades que te permitan estar física y mentalmente tranquila y que no te generen ansiedad y preocupación.
Es
muy importante que sepas también que la reproducción asistida suele ser un proceso largo y que no siempre estas técnicas funcionan al
primer intento, pero debes
tener paciencia y sobre todo no debes rendirte. Continúa firme en tu decisión y
prueba todas las veces que sea necesario y, por supuesto, ¡las veces que tú te sientas de hacerlo! ¡No te
desanimes!
Igualmente, quiero recordarte que si no logras concebir de forma natural no es motivo
para que te sientas culpable, avergonzada o menos mujer. No todas las mujeres
somos iguales y ninguna pareja es igual a otra. Además, considero que la mujer
que recurre a una de las técnicas de reproducción asistida, decidiendo varcar esta puerta, es una mujer fuerte y determinada que busca hacer realidad su sueño.
Hace
días leí en un artículo una frase que me gustó mucho: “La reproducción asistida
no hace milagros, simplemente ayuda a la naturaleza a seguir su curso cuando no
puede hacerlo por sí misma.”
Por
ello, si es necesario, recurre a la reproducción asistida. Fuerza, ánimo y verás
que lograrás eso que tanto deseas: ser madre!